Los gnomos son unos traviesos enanitos que podemos encontrar en la mitología del norte de Europa. Como los trolls, gustan de vivir bajo tierra, y según las leyendas suecas, son los guardianes de los tesoros minerales del subsuelo. Era frecuente que se apareciesen a la entrada de canteras y minas, y que incluso impidiesen a los mineros la entrada a las mismas, con el fin de proteger sus tesoros, o eso nos cuentan las historias.
Aproximadamente en 1850 los gnomos comenzaron a aparecer en los jardines alemanes, esta vez bajo la forma de figuras de terracota. Debido a la fama de los gnomos de ser muy trabajadores, tenerlos en el jardín de casa se consideraba beneficioso, especialmente si venían por las noches a echarnos una mano con nuestras tareas domésticas, como a la gente le gustaba creer. Al igual que los trolls escandinavos, los gnomos no eran una visión muy bella, ya que según las historias tradicionales generalmente eran deformes y muy a menudo jorobados. Con el tiempo su representación fue embelleciéndolos, y ahora mucho más agraciados, podemos encontrarlos protegiendo los jardines de todo el mundo.