Un racimo de agujas te perforan a muy alta velocidad entrando y saliendo de tu piel con un percutor y unos pocos milímetros de profundidad, llevando la tinta en el proceso para colocarla en una capa interior de la piel, tiñéndola en el proceso.
La sensación no es de pinchazo sino de vibración y corte. Rápidamente tu cerebro soltará endorfinas que atenúan el dolor y, a veces, producen somnolencia. Puede ser que al rato ya no te duela tanto, como si te hubieras acostumbrado y sólo momentáneamente el dolor regresa, como oleadas.
Esto depende, obviamente, de cada persona, su cerebro, sus endorfinas, su miedo, su tolerancia al dolor, etc.
Generalmente las mujeres son más fuertes ante el dolor o las situaciones de stress, como esta, y puede ser que esto sea una característica femenina ya que el parto hay que soportarlo, y en buenas condiciones además.
También de pende del lugar del tatuaje, sobre los huesos duele más que sobre las partes blandas y depende también de tu predisposición y actitud psicológica.Importante es que no bebas alcohol al ir a tatuarte, tampoco tomes aspirinas porque esto provoca mayor sangrado, menos coagulación de la sangre y problemas con la cicatrización.